En cada ocasión que he necesitado detenerme y ver todo lo que estoy haciendo mal, un viejo consejo siempre ha asaltado mi cabeza. ¿Cómo puedo hacer para trabajar en lo que quiero? ¿La respuesta? Tan críptica como fascinante: Sólo hazlo.
¿Hacer el qué? ¿Cómo? Eso nunca me ha hecho sentido. Aún a día de hoy, sigue sin tenerlo. Pero algo sí ha cambiado. A ver, el título es medianamente mentiroso. No es mi primer publicación en la vida. Tengo algunos cadáveres en páginas de fanfics. Pero a día de hoy, puede encontrarse el primer post de este nuevo episodio de mi vida.
Y claro, no es nada del otro mundo. Tal y como se lo describí a la persona que me alienta: «a decir, verdad, es dolorosamente amateur».
Y es justo eso. Un cortísimo reel deinstagram que muestra un speedpaint de un dibujo que había hecho en papel allá por el dos mil veintipocos. El trazo está torcido, el color es chillón y la música es genérica. Y sin embargo, le encantó.
¿Acaso es que mi percepción es barbáricamente crítica? No tengo la respuesta. Sólo sé que está en mi Instagram. Que ahí si es el primer post en la vida.
Se mantiene en un pedestal extrañamente especial. Es el primer post. El primer reel. El primer intento de «hacer algo de provecho». Está ahí, abierto. A merced de cualquier usuario para ser observado, medido y criticado.
Yo, por supuesto, lo colocaría en el mismo saco que el dibujo del primario, carente de técnica o aptitud, y del video del loco del barrio, que habla sandeces bajo la protección de su casco de papel aluminio.
Han pasado algunos minutos, y no puedo evitar sentir una mezcolanza de orgullo y vergüenza. Como el roche más grandioso que he logrado fastidiar. Por supuesto que no me lo creo. Y quiero borrarlo, y desaparecer de cualquier registro digital.
Quiero vomitar, tengo un sudor frío en la frente, y mis hombros tiemblan de ansiedad.
Lo que pase a continuación, sólo el tiempo lo dirá.
MythoSatyr's Notebook 
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